Testimonio 3

Quisiera compartir mi experiencia de conexión, que surge de la visualización, expresión y sanación de la raíz de una ansiedad que dudosamente hubiera salido a la luz con terapias convencionales, fue, sin duda, gracias a la terapia transpersonal que viví junto a Ana Guaita.

Estamos empeñados en esconder nuestros miedos con pastillas y otras huidas cuando en realidad si un miedo pulsa solo busca ser escuchado, así como una tristeza o una alegría. Qué mejor terapia puede existir en este mundo que aquella que te permita expresar con toda tu intensidad ese dolor del alma que lleva quejándote desde Dios sabe cuándo. Nos ponemos nerviosos cuando nos da la taquicardia sin razón aparente. ¿Qué me está pasando?, !!!¿Voy a morir?!!!. Nada a tu alrededor indica que eso suceda. No está pasando nada. Pero,… no es cierto que no esté pasando nada!. Está pasando, y mucho, en tu interior. No tienes por qué avergonzarte ¡que no te vengan con cuentos! ,cuando te duele el alma. ¡Te duele el alma!.

Y cuando escuchas y sientes ese dolor que te está pidiendo a gritos tu atención resulta que se va para siempre y no vuelve a asustarte con taquicardias y pesadillas. Hacer frente a tu oscuridad solo puede llevarte a la Luz. 

Para entenderte y conocerte, es necesario que te despidas de todas esas capas de cebolla que te cubren, que te esconden, que te envuelven en disimulos y miradas a otra parte.

En esto consiste una Conexión, en que llegues a descubrirte en tu más elevado potencial, liberando el dolor que has albergado durante generaciones y generaciones para descubrir que, al final, hagas lo que hagas eres Amado o Amada, porque eres Amor.

Dicho esto, quisiera agradecer a Ana Guita por su acompañamiento en esta experiencia tan importante y liberadora para mi. Cuando llegué por primera vez a su consulta mi alma sufría y no encontraba consuelo y  actualmente puedo reconocer que ese dolor ha sido aceptado, perdonado e integrado y por tanto ya no está,en su lugar hay enseñanza y alegría. 

Ahora mi vida es completamente diferente, me siento en paz, ligera, unida a algo mayor que en el fondo puedo reconocer que soy yo misma, mi Ser. Todo ha cambiado a mi alrededor después de unas pocas sesiones de Conexión con Ana Guaita. No solo yo lo noto, los demás también se relacionan conmigo de otra manera, como dice el Curso de Milagros, “cuando me curo no soy el único que se cura”, siento que esa carga que yo llevaba y que he dejado caer, les libera a ellos también, aunque sea porque sonrío cuando antes lloraba o gritaba enfadada. Ahora puedo decir que soy yo misma y no tengo miedo, voy hacia mi destino convencida que mi función en este mundo es mas simple de lo que yo pensaba, es SER FELIZ.

Elena Serena