Testimonio 4

Dejadme que comience este escrito agradeciendo de corazón a Ana Guaita y a José Antonio Campaña su entrega a la expansión de Luz en forma de esta poderosísima herramienta. Me siento realmente afortunado de haber podido formar parte del curso en Madre Tierra (Chiva), y estoy seguro de que lo vivido y aprendido (o desaprendido 😉 ) allí, fue muy relevante en el modo en el que jugaré mi papel en esta juerga de la expansión. Gracias a los dos y a tod@s l@s compañer@s.

            La primera vez que me hice una conexión sólo buscaba lo que muchas veces buscamos todos con más o menos desesperación: librarnos de la carga que las experiencias del pasado nos han dejado en la cabeza, en el cuerpo y en el corazón. No esperaba encontrar ninguna panacea, ni una práctica recurrente pseudo espiritual. A decir verdad lo único que pretendía era mover de alguna forma, como de tantas otras lo había hecho, lo que sabía que llevaba dentro para ver si se liberaba, al menos en parte. Pretendía “probar”…  Así que me puse en contacto con Ana interesado en sus terapias de regresiones. Cuando me quise dar cuenta ya estaba sentado en su butaca de mimbre y me estaba poniendo las manos frente a las mías. Yo no sabía lo que hacía, pero sabía que no era una regresión. Confié plenamente. A los pocos minutos ya estaba liberando emociones. Lo que me sorprendió de aquella sesión, de la técnica, era su simplicidad. Sólo me había hecho patear el suelo y me había puesto las manos en un par de chakras, y las emociones y los recuerdos de la niñez se dispararon. Me interesó mucho.

            Al poco tiempo, ví a José Antonio hacer un par de conexiones y entonces me di cuenta de que aquello no era una terapia como las demás. En una de ellas, no había hecho falta prácticamente ni ponerle a la chica las manos frente a frente, simplemente se sentó en la silla, respiró y comenzó a temblar por una subida de kundalini. La experiencia fue maravillosa para los que estuvimos presentes y supongo que muchísimo más para ella, quien no sólo se llevó una limpieza energética a nivel muy profundo, si no que además tuvo pleno contacto con su Ser interior. Éste, a través de visualizaciones, símbolos arquetípicos, vivencias rescatadas de la memoria genética y demás, le transmitió un mensaje personal de un valor incalculable desde el punto de vista del auto-conocimiento. La rotunda sencillez de la técnica me dejó claro que estas “conexiones” estaban completamente guiadas desde el otro lado, y fue esto lo que me acabó de enamorar, ya que en lo referente al tratamiento de la oscuridad nadie sabe más que la misma Luz.

            Todo lo que un par de meses después viví en el curso en Madre Tierra, es muy extenso de explicar aquí, pero resumiendo puedo decir que tod@s l@s que estábamos presenciamos un montón de conexiones a cual más interesante. De todas ellas brotaban mensajes muy reveladores sobre la naturaleza de la oscuridad, sobre el viaje del hombre en la Tierra y su misión, sobre nuestro pasado común en la Luz y mucho más, todo con su respectiva sanación a todos los niveles.

            Mi jovencísima visión personal de lo que es esta herramienta es lo que he tratado de explicar. Para ello intentaré enmarcarla en este proceso de cambio que como grupo estamos experimentando los seres humanos, tratando de explicar de qué modo y porqué forma parte del mismo.

           Una vez más, gracias a Ana Guaita. Estamos hilados por la Luz.

Jorge Camarero